jueves, 22 de mayo de 2008

Ho Chi Minh City

O Saigón.

Saqué el papel con la dirección del hotel que habíamos reservado y nos fuimos a buscar un taxi que nos llevara. No hizo falta buscar mucho, ya que son ellos los que te avasallan en cuanto atraviesas la puerta de salida del aeropuerto. Al principio nos pedían unas cantidades demasiado altas (20 dólares), siguiendo un procedimiento que se repetiría mucho a lo largo de todo el viaje: intentar robar al turista constantemente. Mientras andábamos discutiendo con un presunto taxista, se nos acercó una chica y nos preguntó si íbamos a la zona de mochileros. Ante la respuesta afirmativa, nos preguntó si podíamos compartir taxi. Por supuesto, dijimos que sí. Así conocimos a Natalie (la sueca). Se liga bastante en los aeropuertos con una buena mochila a la espalda. Finalmente nos llevaron a los cuatro por 10 dólares. Sabíamos que era un robo, pero por no discutir más...
Cuando llegamos, fuimos a nuestro hotel y nos despedimos de Natalie, que se fue a buscar otro y a informarse de como llegar a Nha Trang. En el hotel nos pidieron los pasaportes y horror!!! no encuentro el mío!!!. Hago memoria y lo localizo mentalmente. Está en un estuche negro en el que suelo llevar las reservas y billetes... en la cinta del escáner del control de seguridad del aeropuerto!!! Por lo menos sé donde está. Dejamos las cosas en la habitación (cuarta planta sin ascensor grrrr), y cogemos un taxi al aeropuerto. Esta vez con taxímetro, así que nos sale por 80000 Dong (poco más de 3 euros).
No vemos por donde entrar, así que vamos a la puerta por donde salimos. Le cuento el asunto a un guardia y me dice que le siga y que mis compañeros se queden fuera esperando. Por lo menos nos entendemos en inglés, lo que es un alivio. Me acompaña a donde una señora y me dice que se lo cuente. Esta señora me da un par de paseos, y finalmente le lleva a objetos perdidos, donde tienen mi querido estuche con todo dentro. Doy las gracias a todo el mundo y volvemos al hotel. Esta vez discutiendo con un taxista y cerrando el precio en 120000 Dongs.
Cuando llegamos al hotel, vemos que anda rondando por la puerta Natalie ¿nos está buscando?. Le digo que vamos a ir a cenar y que se una si quiere, y por supuesto que se une. Cenamos en un restaurante cercano y nos vamos a tomar unas cervezas, hasta que cerca de las dos de la madrugada decidimos que ya es hora de ir a la cama. Nos acostamos pensando que ya nos despertaremos cuando sea, ya que la noche antes casi no habíamos dormido en el avión.

Antes de acostarnos fuimos a comprar agua, y nos encontramos con la cerveza que donde va triunfa.




27/04/2008

A las 7 de la mañana estábamos en pie... hay demasiada luz y amanece a las cinco y media. Así que nos duchamos, bajamos a desayunar, y vamos a conocer la ciudad. Lo primero que hacemos es ir a la oficina de Sinh Cafe, donde teníamos reservada la excursión de dos días por el delta del Mekong, terminando en Camboya. Pagamos los 31 dólares por cabeza que cuesta y nos regalan una camiseta.
Después de solucionar el tema de la excursión, fuimos a conocer la ciudad. Lo primero que impresiona es la cantidad de motos que hay, y la cantidad de personas por moto (llegamos a ver en varias ocasiones a cinco personas en una sola moto). El tráfico de dos ruedas es muy intenso, así que para cruzar una calle lo que hay que hacer es tirarse a la carretera con un poco de cuidado y ellos te van esquivando. No se está a salvo ni siquiera en los semáforos, ya que cuando está en rojo, los que van a girar a la derecha pasan olímpicamente del semáforo.
Empezamos por el mercado de Ben Tahn, y después fuimos al museo de recuerdos de la guerra. Allí tienen varios aviones y tanques confiscados a Estados Unidos, así como alguna exposición dedicada a ilustrar con unas cuantas imágenes bastante desagradables sobre lo mal que sientan al cuerpo el napalm y las bombas. Incluso tienen un par de fetos deformes en unos tarros.
Tras la visita el museo fuimos a comer. Nos metimos en un restaurante tirando a cutrecillo y probamos el plato típico vietnamita, el pho. Se trata de una sopa de fideos de arroz, con verduras y carne (pollo o ternera). Está bien, pero a la media hora vuelves a tener hambre.
Después de comer fuimos a ver el palacio de la reunificación, y cogimos un taxi al distrito de Cholon, donde vimos alguna pagoda.

Como ya se acercaba la noche (allí anochece sobre las 18), decidimos volver a la zona de nuestro hotel a tomar algo y cenar. Después de cenar llamamos a nuestras casas desde una especie de locutorio que cobraba 1500 dong por minuto en las llamadas a españa.
Nos acostamos pronto, que al día siguiente tocaba madrugar.

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