jueves, 4 de septiembre de 2008

Bangkok

Como punto final a nuestro viaje, pasaríamos tres días en la capital de Tailandia. Llegamos puntualmente pasadas las 11 de la mañana, recogimos nuestras mochilas y nos dispusimos a salir en busca de un taxi que nos llevara al hotel. Antes de salir, fuimos a un cajero a sacar dinero Tailandés y 10000 Baht (50 Baht es un euro). El hotel lo habíamos reservado dos días antes desde Hanoi, a través de Hostelworld. Como era el final del viaje, decidimos ir a un hotel algo mejor de lo acostumbrado, así que nos gastamos la friolera de 48 euros por noche (entre los tres) en un hotel muy céntrico (en una calle paralela a Khao San), con piscina y un buen buffet de desayuno. Cuando hice la reserva, mandé un correo al hotel preguntando cuanto cuesta el taxi desde el aeropuerto, y me dijo que entre 300 y 400 Baht.
Mientras salíamos del aeropuerto, nos asediaba gente de agencias que decían que nos llevaban al centro por 1000 Baht... lo que era un timo. Nada más salir a la calle, nos encontramos con un puesto de taxis oficiales. Dices a dónde vas, lo apuntan en un papel y se lo das al conductor. Nos dirigimos al taxi, dejamos las mochilas en el maletero y me dispuse a subir al asiento del copiloto... encontrándome con un volante (he de admitir que desconocía que en Tailandia se condujera por la izquierda). Finalmente cada uno ocupó su sitio y nos dirigimos al hotel, al que llegamos después de dar un par de vueltas por las calles adyacentes.
Los dos días y medio que estuvimos en Bangkok los dedicamos a ver los puntos principales de la ciudad, desplazándonos en taxi y tuktuk. Hay que tener cuidado con los taxistas, porque unos cuantos se niegan a usar el taxímetro, intentando pactar precios excesivos. En este caso lo mejor es bajarse y pasar al siguiente.




Como anécdota, cogimos un taxi al palacio real (un destino que suponíamos que todos los taxistas conocen, sobre todo teniendo en cuenta la pasión que profesan hacia la familia real). Pues bien, salimos, activó el taxímetro... y fue por un camino incorrecto. Nos dimos cuenta, sacamos un mapa y vimos por donde íbamos. Como el taxista vio que nos habíamos dado cuenta, dijo que nos cobraba sólo cuarenta Baht (un precio justo) y apagaba el taxímetro. Después de dar varias vueltas, pasando en una de ellas a escasos metros del palacio, y de guiarle nosotros con nuestro mapa, llegamos. Cuando le fuimos a dar los cuarenta Baht, nos dijo que "no money". Pensamos que o bien se sentía avergonzado por haberse perdido, o bien estaba un poco acojonado y pensaba que le íbamos a quemar el coche.


El último día (el 18 de Mayo), Marce tenía su vuelo a las once de la noche, así que nos despedimos y se fue al aeropuerto en un taxi que cogimos en el hotel por 500 Baht (después de regatear). Aprovechando el regateo, pedimos otro para nosotros para la mañana siguiente.


Tras la marcha de Marce, Miguel y yo dimos una última vuelta por Khao San, cenamos, tomamos algo y nos fuimos a dormir un poco deprimidos porque llegaba el final de las vacaciones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

DESDE el aeropuerto hay varias compañias de autobuses que van llenos de turistas y que salen cada 20 minutos. el trayecto a khao san es de 150 baths por persona. lo digo por si lo necesitais en el futuro. y de khao san al aeropuerto minivans que te llevan por 130 y salen cada media hora.