10-05-2008
Tras recoger los equipajes, nos está esperando alguien con un letrero con mi nombre y el nombre del hotel que habíamos reservado. El viaje duró cerca de tres cuartos de hora, y a medio camino paramos a echar gasolina (siempre van con el combustible justo, así que es bastante común parar a repostar).
Cuando llegamos a Hanoi, la primera impresión fue de una ciudad muy caótica y sucia (y eso que ya veníamos del sur y de Camboya). Entramos en el alojamiento (Hanoi guesthouse) y, mientras nos preparaban la habitación, miramos el correo en los ordenadores que tenían en la entrada. Cuando nos dijeron que la habitación estaba lista subimos y vimos que tenía una cama doble y una individual. Le dijimos al elemento de la recepción que ahí no nos quedábamos. O nos lo arreglaba o nos íbamos. Sorprendico por nuestra actitud, hizo una llamada telefónica y nos dijo que en un momento venian a solucionarlo.
En unos minutos apareció una mujer que nos dijo que teníamos una habitación en un hotel en la misma calle, que por lo visto era del mismo dueño. Esta vez la habitación sí que tenía tres camas. Cuando volvimos a recepción, la señora nos comentó que los europeos éramos muy raros, que en Vietnam era muy común que dos o más hombres compartieran cama. Me quedé con las ganas de decirle que en el mundo civilizado eso no se lleva.
Con la misma señora de la recepción organizamos los seis días que íbamos a estar en Hanoi. Decidimos que al día siguiente iríamos a la Bahía de Halong durante tres días, pasando una noche en el barco y otra en la isla de Cat Ba. Después, pasaríamos una noche en Hanoi y haríamos una excursión de día completo a Tam Coc, y finalmente, un día entero en Hanoi.En el barco teníamos dos opciones: pagar un suplemento por una habitación individual o compartir. Elegimos compartir, y decidí ser yo quien lo iba a hacer.
La excursión por la Bahía de Halong nos costó 85$ por cabeza, la de Tam coc 18$, y el alojamiento en Hanoi, 18 por habitación y noche.
El resto del día lo pasamos explorando la ciudad. Estuvimos por la zona cercana al centro, dejando para el último día las zonas más alejadas.
A las seis de la tarde (bueno, ya de la noche), después de haber hecho un buen recorrido por el barrio antíguo, decidimos ir a tomar unas cervezas al "cruce de las bia hoi). Se trata de un cruce en el que hay tres bares en el que sirven bia hoi, que no es otra cosa que cerveza de barril. No tiene casi sabor, pero por lo menos refresca y es barata (4000 dong por vaso). Te sientas prácticamente en medio de la calle, en unas sillas muy pequeñas de plástico (casi de juguete) y allí te tomas tu cerveza.Cenamos, tomamos otra cerveza en un bar más normal y nos acostamos.